Uno de los motivos por los que nace Essenzo Cacao
Hoy voy a contarte algo más sobre Essenzo. Uno de los motivos por los que nace. Uno de los motivos por los que hacemos chocolate Bean to Bar en A Coruña. Pero antes quiero que leas esto:
“El pobre Lucio se divertía antaño en confeccionarme platos raros; sus patés de faisán, con su sabia dosis de jamón y especias, daban pruebas de un arte tan exacto como el del músico o el del pintor; yo añoraba sin embargo la carne pura de la hermosa ave”.
En el libro Memorias de Adriano, el emperador romano cuenta lo cansado que se siente de los lujos gastronómicos de Roma: comida adornada con especias, condimentos por doquier, platos muy elaborados… cuando lo único que añora es degustar el verdadero sabor de los alimentos.
¿Ves por donde voy? Hoy en día ocurre exactamente lo mismo, hablo del chocolate porque es lo que nos atañe, pero puede extrapolarse a CUALQUIER alimento. El libro sigue:
“Grecia sabía más de estas cosas; su vino resinoso, sus pescados cocidos en las parrillas al borde del mar, ennegrecidos aquí y allá por el fuego y sazonados por el crujir de un grano de arena, contentaban el apetito sin rodear con demasiadas complicaciones el más simple de nuestros goces”
Y eso es uno de los motivos por los que nace Essenzo, un chocolate Bean to Bar sin adornos, con dos ingredientes ¡nada más! que huye de perfeccionismos y que solo muestra el verdadero sabor del cacao. Buscamos parecernos más a Grecia que a Roma. Ya para terminar:
“El vino nos inicia en los misterios volcánicos del suelo, en las ocultas riquezas minerales; una copa de Samos bebida a mediodía, a pleno sol, o bien absorbida una noche de invierno, es una sensación casi sagrada, a veces demasiado intensa para una cabeza humana; Aún el agua bebida en el hueco de la mano, o de la misma fuente, hace fluir en nosotros la sal secreta de la tierra y la lluvia del cielo”.
Y es a través del cacao la mejor forma de sentir en nuestra propia piel el clima tropical de Ecuador, los paisajes de Madagascar, la lluvia de la selva del Perú, los ricos suelos de Uganda o el sol caliente de Ghana. Creo que no necesito explicar mucho más. Si has llegado hasta aquí, estoy seguro de que lo has entendido. La única duda que me queda es…
¿Lo hemos conseguido transmitir con nuestros chocolates Bean to Bar?